Hoy se cumplen 90 años desde que un grupo llamado “el partido de los cien niños” de la Juventud Socialista, tras adherirse a la III Internacional, crearan el Partido Comunista Español que dos años después constituyó el Partido Comunista de España. Entre esos cien niños, Dolores Ibárruri.
90 años de historia que han dado para mucha literatura, para muchas críticas y sobre todo para muchos aciertos, lo que me lleva del idealismo a la dialéctica.
Ahora todo ha cambiado pero en el fondo todo sigue igual. Puedo ir al supermercado y elegir entre quince tipos distintos de lechuga lavada, troceada y lista para comer. Pero hay cuatro millones de parados y paradas y más del cincuenta por cien de los trabajadores y trabajadoras tienen salarios inferiores a los 1000 euros.
El PSOE sigue con sus posiciones históricas de alianza con la burguesía (hoy los llamaré la patronal para no herir sensibilidades) y propone una reforma laboral que precarizará más aún las condiciones de trabajo del conjunto de trabajadores y trabajadoras. Los herederos de Franco siguen humillando el único momento de luz de la historia de este país. Los pederastas de la iglesia desde los púlpitos bendicen a la gente de orden. La separación entre iglesia y Estado es un cuento chino.
Cierran periódicos. Torturan. No importa, dicen, la justicia se impondrá y años después absolverá. No hay restitución posible.
Una señora aficionada al exabrupto, ordena liquidar uno de los escenarios de mi infancia. Los perros que vestían de gris ahora visten azul y muerden y despedazan aquellos que osan ponerse en su camino.
El estado del bienestar era una errata, era el estado del bientener.
En medio de este amplio disfrute de derechos seguimos jugando al despiste. Un día nos desviamos del camino y ya no lo encontramos más.
Hay que encontrar un camino intermedio, dicen algunos. Estoy aturdida, no sé qué dicen.
Solo veo un camino. Hay unos pocos que controlan lo que en justicia pertenece a muchos. Eso no ha cambiado. Hace noventa años era así y sigue siendo así. Un hecho de justicia será que esos muchos controlen lo que es de todos y todas y que democráticamente decidan cómo organizarse. Análisis concreto de la realidad concreta.
El paradigma de la libertad en occidente descansa el la estantería del supermercado o en las perchas del zara… asómense y disfruten de sus derechos.
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y que cumpla muchos más.
mitxel
pues gracias por recordarnoslo. Un abrazo.
Te quedó genial!
Simplezas muy bonitas, pero poco capacidad analítica, más bien la de repetir poéticamente lo que es un lugar común... es agradable de leer, pero evidencia una pereza intelectual que dice mucho de ti, me has decepcionado... ¿aquí se ve la fuerza del PCE?