Colorín Colorado

Llegué justo en el momento en el que las ponentes tomaban asiento. Ella ocupaba el lugar central. Ataviada con su característico pañuelo de colores en la cabeza. Mirada firme y actitud serena.
La conferencia iba a servir para que nos contara la historia de Colombia. De los invisibles. Desaparecidos. Desplazados.

Una trama en la que aparecen altos funcionarios del Estado. “Política de Seguridad Democrática” la llaman.
Para robar tierras a los campesinos y plantar palma africana que monopolizarán las multinacionales a través de subvenciones de la administración, los paramilitares torturan, amenazan y asesinan a las comunidades campesinas. Para cobrar las fuertes recompensas que ofrece el gobierno a quien capture a cualquier guerrillero de la FARC, se ha ideado un sistema de asesinato en masa de miles de jóvenes que son engañados bajo el pretexto de empleo en otros lugares del país y que finalmente caen en ajusticiamientos extrajudiciales para vestirlos posteriormente de combatientes y cobrar las primas.

Ayer Piedad Córdoba contó esto y mucho más. También nos contó que empieza a haber luz. Que algunos empiezan a hablar. Se va desenredando la madeja.
Llamó a sus compatriotas a volver a Colombia. Pidió justicia y restitución a toda una sociedad golpeada y mutilada.
Y nos dio un extraordinario ejemplo de dignidad y de lucha.