Colorín Colorado

Algo que siempre me ha llamado poderosamente la atención es el descaro y naturalidad con los que los y las representantes del pp se enfrentan a la realidad.
Da la sensación que al ingresar en su formación, junto con la ficha de afiliación fuera incluido un manual completo de cómo mentir en público poniendo cara autocomplaciente o cómo deformar la realidad con mirada bovina.
Dos noticias ilustran magistralmente esta teoría. Después de la farsa que se han montado con la comisión de investigación, escucho al señor Granados interpelar a sus compañeros y compañeras recomendándoles que se preocupen más por los parados que está generando el gobierno de Zapatero y menos por esos asuntillos menores en los que anda liado con sus amiguitos.
La otra, Doña Espe pidiendo la dimisión del compañero Pepe Masa por lo que califican malversación de fondos públicos, concretamente la escandalosa cifra de 481€.
Increíble. La primera, un descaro. Y lo digo yo que reconozco públicamente cierta aversión a las políticas liberales del psoe. Pero claro, acusar a un partido liberal de causar de forma directa y en solitario la destrucción de empleo, cuando hasta el más simple de los análisis señala que el problema es el fracaso del modelo capitalista globalizado, es insultante. Además habría que recordarle a este señor que ese trabajo en nuestro estado, es fruto del esfuerzo combinado a partes casi iguales entre el pp y psoe y sus alianzas con las burguesías nacionalistas.
La segunda, me pilla más cerca. Pero esta señora ¿qué desayuna? ¿es que algún componente del café con leche le desactiva el decoro? ¿sabrá esta señora cuál es la diferencia entre grupo político y gobierno municipal?¿lo sabrá alguien del pp?
Esto sólo refuerza el hecho de que a la derecha de este país se le presuponen ciertos “asuntillos”. Parece que forma parte de su mapa genético eso de mentir desde la frescura y el convencimiento que les da el designio divino de estar defendiendo España. Y claro eso se nota en las urnas y suben y suben.
Así que tendremos que aceptar que más allá de señalar su falta, debemos mantener nuestras banderas bien altas y contar en la calle que somos anticapitalistas y que tenemos propuestas para combatir la crisis y que a nosotros y a nosotras eso de la ética política sí nos importa.