Como muchos compañeros y compañeras. Os cuento como lo he visto.
Mucha expectación, cierta emoción y euforia, pero contenida. Nos miramos alucinados y alucinadas al rato de empezar porque aquello se llenaba y se llenó, hasta arriba se llenó.
La contención lógica, aquí están los mimbres y ahora toca tejer y ya sabemos que no siempre es fácil. A veces se nos escapa algún punto y la fila sale torcida.
Luego el acto un poco largo, pero con muy buena onda.
Destacar, destacaría a Rafael Reig, para mi el mejor, el que mejor sintetizó lo que debe ser nuestra actitud y nuestra acción. Los movimientos sociales algo críticos, como es lógico, pero yo diría que también aliviados y los compañeros y compañeras de IU pues para todos los gustos. Quizá hacer un reconocimiento al esfuerzo que han hecho algunos por participar, con aportaciones positivas, aunque inicialmente dudaran de este proceso.
Pero desde luego me quedo con Enrique Santiago, que es el alma de esto. En definitiva, es quien ha luchado desde lejos para que el acto del sábado saliera adelante y quien ha conseguido que todas y todos pensemos que la refundación es el único camino posible para la izquierda transformadora.

nos matan


No somos víctimas aisladas. Somos parte de un sistema que se estructura en torno a la injusticia y nos deja fuera, invisibles.
Y lavamos, cocinamos, limpiamos, planificamos, queremos, amamos, para que todo esté listo por la mañana y ellos salgan limpios al mundo.
Nos roban nuestro cuerpo y nos dicen qué desear, cómo desear, a quién desear. Y cuando despertamos libres, nos matan.
Hoy 25 de noviembre os deseo rebeldía, infinidad de rebeldía a todas las mujeres.

Desde hace unos días se ha abierto un debate en la blogosfera sobre primarias abiertas en Madrid.
La verdad es que es un tema que me genera cierto hastío y aburrimiento, pero dado que he sufrido como otros compañeros y compañeras la contaminación indiscriminada a través de mails e invitaciones varias del facebook, pues voy a pronunciarme al respecto.
Como además ya hay muchos amigos que han hablado del tema y suscribo plenamente sus entradas, como viul o ceronegativo, no voy a repetirme en la argumentación política y casi que voy a escribir las imágenes que se me pasan por la cabeza cada vez que veo o pronuncio “primarias abiertas” para que entendáis mi hastío y la sensación de estafa que me produce.
Me imagino un festival de la democracia auspiciado por la izquierda posmoderna que cargada de razones democráticas y globitos de colores rojos y blancos, emulando la banderita de la Comunidad de Madrid, nos cuentan que lo que importa ahora es parecer y no ser.
Un camión cargado con toneladas de blanqueador dental, para que los candidatos y candidatas salgan bien guapos, luciendo bonitas sonrisas.
Miradas autocomplacientes de candidatos que nos descubren que ellos saben cosas de nosotros que nosotros no sabemos de nosotros mismos pero que no nos preocupemos que si los elegimos nos salvarán porque son la verdadera izquierda y lucharán por nuestro derecho a tener la farola que siempre quisimos en la esquina de nuestra calle que al fin y al cabo de eso se trata, bla, bla, bla…
Y ese inconfundible tufillo de la construcción del nuevo concepto de izquierda de diseño, que se preocupa de la estética y del maquillaje y que tiene una manera particular, muy particular de entender la democracia participativa.
Plantear un proceso de primarias abiertas ahora mismo, con la influencia y los recursos de la falsimedia es lo mismo que decir que el simple hecho de ofrecer puestos de trabajo a las mujeres hace que tengamos las mismas oportunidades que los varones. Vamos, un timo.
Así que frente a primarias, mi modelo participativo se llama Refundación. Nos vemos el 28.

anticomunistas

Hay varias formas de identificar a los anticomunistas. Así de primeras conviene matizar para que aquellos que no lo son no se sientan aludidos.
Uno de los rasgos más característicos es su absoluta intolerancia, pero hay que prestar atención porque la camuflan bajo una fina capa de exaltación a las libertades individuales. Desde sus atalayas morales, esas que ellos administran y desde las que conceden el don de la sagacidad a quienes siguen a pies juntillas lo que el decálogo del neoconservadurismo ha impuesto, teorizan sobre falsas libertades y velan para que a nadie se le ocurra discrepar o salirse de la línea de lo que el oráculo de culto les ha marcado. Se lo aprendieron bien de chiquititos y administran la ideología rancia de la derecha como verdaderos maestros.
Pero no sólo son de derechas, de hecho muchos se autodenominan de izquierdas. Algunos son pseudointelectuales que velan por “garantizar” la democracia con sus plumas. Otros se camuflan cerca, muy cerquita de nosotros y se ponen la máscara de guardianes de la libertad.
Se llaman progresistas a si mismos y les encanta mirarse y escucharse. Y dicen que el color rojo huele a naftalina. Y se ponen muy, muy agresivos cuando escuchan a un comunista. Y muestran un profundo desprecio. Y se creen todo lo que la tele cuenta. Y están frustrados porque en fondo saben que trabajan para el amo, que tienen que obedecer y que deben disfrutar de la obediencia.
Y nos llaman trasnochados, porque hablamos un lenguaje antiguo, dicen. El suyo es posmoderno o neoliberal o socialdemócrata, o todos juntos.
Pero por encima de todo, los anticomunistas se distinguen por el olfato, huelen a odio y a rabia. Apestan a aburrimiento.

me voy al Congreso

Faltan sólo unas horitas para que comience el XVIII Congreso del PCE al que voy a acudir como delegada. Confieso que desde el principio me he sentido muy orgullosa de participar, algo así como la niña a la que le toca ser la responsable del aula un día de colegio.
Ahora además de orgullosa estoy impaciente por vivir este proceso colectivo. Enmiendas, debate, documentos. Y de encontrarme con algunos camaradas, a la sazón, blogueros y blogueras de iloveiu, como Ceronegativo, Javi, Viul, Ceros a la Izquierda...
Seguro que es un Congreso único.