Pero resulta que nuestros representantes políticos en determinadas administraciones públicas sí. Así lo expresa el Secretario de Estado de Medio Rural y Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Josep Puxeu, en unas declaraciones públicas del pasado 15 de abril.
Este buen hombre se convierte en altavoz de una posición que en ningún caso obedece a intereses de la ciudadanía, sino que se pliega radicalmente a las imposiciones de las trasnacionales que matan de hambre a millones de seres humanos del planeta.
Reflexionemos, ¿por qué los transgénicos no son la solución?
1. Porque en el mundo se produce un superávit de alimentos que no se distribuyen a los países empobrecidos y que daría cobertura para satisfacer las necesidades alimentarias del conjunto de la humanidad.
2. Porque no se ha demostrado su inocuidad para la salud humana y medioambiental. No se ha respetado el principio de precaución.
3. Porque necesitan un sinfín de insumos químicos para su viabilidad.
4. Porque son semillas patentadas en manos de transnacionales con un objetivo claro basado en la rentabilidad económica.
5. Porque estas patentes secuestran y vulneran el derecho de los pueblos a gestionar su patrimonio cultural e hipotecan su seguridad alimentaria.
6. Porque nos roban parte de la biodiversidad del planeta.
7. Porque son la coartada de los países enriquecidos para terminar de expoliar los recursos de los países empobrecidos.
Debemos entender la enorme responsabilidad que tenemos. Las políticas agrarias de Estados Unidos y Europa alimentan este ataque a la soberanía alimentaría de los países de la periferia.
Debemos sumarnos a las iniciativas que se rebelan contra los transgénicos, empezando (aquellos y aquellas que puedan) por acudir, este Sábado 18 de Abril, a la manifestación estatal que se celebra en Zaragoza, buscando redes de consumo local y alternativo, supervisando las etiquetas de los alimentos que compramos o instando a nuestros municipios a que presenten mociones en sus Plenos declarándose espacios libres de transgénicos.
En Rivas ya lo hemos hecho. En nuestra tierra no habrá transgénicos.

15 de abril

Al despertarse el 15 de abril, aquellos hombres y mujeres no pudieron dejar de pensar en lo sucedido el día anterior. Lo habían pasado recordando, aprendiendo de los caminos trazados en la II República, desenterrando huesos, enjugando lágrimas, reivindicando memoria. Al final de ese 14 de abril hicieron un pacto.
Decidieron romper con aquella carta firmada por todos y todas años atrás, en el tiempo del miedo. Esa carta obligaba, en sus líneas y bajo ellas. En los huecos entre palabras. Obligaba a decir y a hacer guiados por un caudillo. Tuvieron que aceptarla. Al fin y al cabo creyeron que aceptando esa paz construirían democracia y libertad y derecho.
Años más tarde quedaba poca democracia, escasa libertad y menos derechos. Les habían engañado.
Entonces decidieron que querían una carta nueva, un nuevo pacto. Acabar con los caudillos y hablar de justicia, paz, libertad, democracia participativa, transformación social...
Después de rendir homenaje a la II República, el día 15 de Abril comenzarían a construir la Tercera